La Sagrada Familia de Barcelona es sin duda uno de los monumentos más visitados de la ciudad. Además de su patrimonio arquitectónico, la música está también vinculada con el templo a través de órganos y campanas.
En el 2010 se construyó un órgano contemporáneo en los talleres Blancafort. Al ser un instrumento moderno permite la interpretación de todo tipo de repertorio, aunque, el proyecto que tenía en mente Antoni Gaudí era mucho más ambicioso y aún se trabaja en cómo sería posible llevar a cabo sus ideas revolucionarias. La idea inicial era crear un conjunto de órganos para llenar con el sonido todo el espacio colosal.
No se realizó ningún proyecto, sólo eran ideas, cómo la de construir un órgano central ubicado en medio de la nave y situado a 45 metros de altura. Pero la idea realmente revolucionaria y novedosa era construir un órgano exterior en la fachada de la Pasión. De esta manera podría ser escuchado en “toda” Barcelona, vaya, trasladar el sonido de la basílica a la calle.
En este espacio de historia ficción, también tenemos que imaginarnos otro de los misterios que quedaron en la cabeza de Gaudí: las campanas.
La cuestión es que Gaudí no acabó ni dejó “anotado” como tendrían que ser las campanas. Para descubrir este misterio, podemos mirar las pistas que tenemos, como por ejemplo las explicaciones de otros arquitectos sobre los trabajos que realizaba Gaudí o noticias en la prensa de la época.
La colosal idea de Antoni Gaudí
El arquitecto catalán quería materializar la idea que rondaba por su cabeza de tener una serie de campanas que fueran como el teclado de un piano. Para ello necesitaba diseñar 84 campanas y entre los problemas que se le presentaban, uno era conseguir las notas más graves del teclado imaginario. Las campanas convencionales no resolvían esta cuestión y Gaudí se vio inmerso en una investigación exhaustiva sobre una nueva forma de fabricarlas. Dedicó más de 4 años a analizar las formas y materiales que necesitaría para conseguir su propósito.
La única campana
En el Museo de la Sagrada Familia, se encuentra el único prototipo de campana que se realizó. Por lo diferente de su forma, pasa desapercibida por los visitantes y si no se lee la información no parecería una campana al uso. Se trata de una campana tubular. Si acudís a visitar el monumento, prestad mucha atención a la misma entrada del Museo. Esta campana es la única que se fabricó en vida de Antoni Gaudí y formaba parte de la primera de las 12 torres, la torre de San Bernabé. El lugar original donde se encontraba la campana y la forma tan peculiar, hizo que durante un tiempo pasase desapercibida creyendo que era una tubería.
El músico, arquitecto y constructor de instrumentos musicales, Galdric Santana Roca ha realizado numerosos estudios e investigaciones de manera transversal sobre las campanas. Trabajando en recursos técnicos como la geometría, la arquitectura, la acústica, la organología, la historia y la musicología. Se ha estudiado también la composición y la estructura interna de la única campana original llegando a conclusiones que se aplicarán en fabricar el proyecto ideado por Gaudí.
¿Cómo quedarán las campanas en el futuro?
En la actualidad aún no se han construido todas las campanas definitivas, pero gracias a la tecnología la idea del arquitecto catalán, de tener tantas campanas como un teclado de un piano, se ha conseguido y además la podemos escuchar en acción.
La Basílica de la Sagrada Familia ofrece a los visitantes que se acercan, la posibilidad de escuchar el carillón cada hora desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche. Siguiendo el calendario litúrgico, el templo programó diferentes obras relacionadas con el momento correspondiente.
Para consultar las piezas y horarios en que se pueden escuchar podéis consultar la web de la Sagrada Familia.
Como explica el profesor Santana en uno de sus numerosos artículos sobre este tema, “Gaudí le dio mucha importancia a convertir el templo de la Sagrada Familia en un instrumento colosal para percibir la música, tanto en su interior, como en el espacio urbano exterior que lo rodea”.
¿Qué son las campanas tubulares?
Como su propio nombre indica, se trata de unas campanas con forma de tubo. Gaudí las pensaba de manera individual para ubicarlas en diferentes puntos estratégicos de los campanarios, pero el nombre también hace referencia a un instrumento que forma parte de la orquesta desde finales del siglo XIX. Entre el año 1860 y 1870 aparecieron por primera vez y el inglés John Harrington fue el encargado de patentar las campanas tubulares construidas de bronce.
La función de este compacto instrumento (comparado con un campanario de iglesia) era precisamente tener los recursos musicales al alcance de las orquestas, así como poderse utilizar en óperas como efectos de realismo. Verdi las utiliza por primera vez en su ópera Il Trovatore, así como Puccini hace lo mismo con la ópera Tosca. Aunque si hay una obra de música clásica donde tienen una presencia destacada, esta es en la Obertura 1812 de Tchaikovsky. Justo en el punto culminante de la partitura, se escuchan las campanas tubulares imitando a las de la iglesia celebrando que se ha ganado la guerra contra Francia.
Para acabar con este recorrido de campanas tubulares, no puede faltar una mención al disco Tubular Bells de Mike Oldfield que en el año 1973 dio a conocer a medio mundo este peculiar instrumento.
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