Mujeres de entreguerras en Barcelona
En 1918, un gran aumento en el precio del carbón provocó una subida en el coste de vida, lo que llevó a alrededor de 30.000 mujeres de Barcelona a emprender una gran revolución.
Durante la Primera Guerra Mundial, España se mantuvo neutral y aunque había trabajo, los sueldos de los obreros seguían siendo tan bajos como antes del inicio del conflicto que estaba a punto de finalizar. Miles de trabajadores de fuera llegaron a Barcelona y el precio de los alquileres de la ciudad aumentó un 20%. Muchas de las familias tuvieron que construirse chabolas en barrios de barracas. También subieron los precios de los alimentos básicos como el pan, carbón, aceite, patatas y bacalao.
En enero de 1918, Barcelona fue testigo de una serie de huelgas y cierres de tiendas, teatros y comercios que duraron dos semanas. Las protagonistas de esta movilización fueron mujeres jóvenes de entre 13 y 30 años que, ante las dificultades económicas, decidieron paralizar la ciudad al grito de “la vida se ha hecho ya imposible”.
La valentía y la determinación de las mujeres que lideraron esta huelga continúan inspirando a generaciones de activistas y defensoras de la igualdad en todo el mundo.
Y mientras en París…
Mientras que, en Barcelona, las mujeres estaban en lucha por conseguir una vida digna, ese mismo año, Lili Boulanger, escribió una obra musical con un carácter demasiado alegre para las circunstancias que la rodeaban.
De una mañana de primavera fue escrita en 1917 en su primera versión para violín y piano. Un año más tarde, Boulanger la arregló para orquesta.
1918, es una fecha que se recuerda por marcar el final de la Primera Guerra Mundial. Para añadir más elementos negativos al contexto, ese año empezó una de las gripes del siglo, la pandemia conocida como Gripe Española.
Lili Boulanger, una pionera con una historia trágica
¿Y quién era Lily Boulanger? Pues una de las compositoras más importantes del siglo XX y que lamentablemente tuvo una vida bastante difícil. Murió muy joven. De hecho, esta obra es la última obra que compuso con tan solo 19 años.
Fue la primera mujer en conseguir ganar el Grand Prix de Rome, uno de los concursos de composición más importantes del mundo. A partir de ahí, otras mujeres se animaron a presentarse y algunas de ellas consiguieron este premio, aunque no hay que olvidar que ella fue la primera y la que sirvió de referente para las futuras compositoras.
Pese a esta carrera de éxito en la composición, su vida personal fue bastante dura. Estuvo enferma durante mucho tiempo y murió con tan sólo 24 años. En muchas de las imágenes que se tienen de ella, siempre se muestra con una cara muy triste y muy desolada.
Por eso precisamente, llama tanto la atención esta última obra que escribió. De una mañana de primavera es una pieza con un carácter alegre y optimista que nada tiene que ver con el resto de sus composiciones.
Prepárate para disfrutar de esta maravillosa pieza de menos de 10 minutos, con este carácter optimista dentro del mundo gris que acompañó la vida de Lili Boulanger.
Gracias al impulso e iniciativa de la exitosa Revuelta de las Mujeres, un año más tarde, tiene lugar otro acontecimiento que marca la duración de nuestra jornada laborar. La lucha de estas mujeres fue un referente para los trabajadores de la empresa eléctrica La Canadiense.
En su lucha para reivindicar mejores condiciones laborales, llegaron a paralizar la ciudad de Barcelona durante cuarenta y cuatro días. Bloqueando el 70% de toda la industria catalana. Se consiguieron muchos de los objetivos que iniciaron la huelga y se consiguió establecer por ley la actual jornada laborar de 8 horas.
Y mientras en Inglaterra…
El mismo año que Virginia Woolf publica su segunda novela Noche y día, otra mujer inglesa también se convierte en referente en el campo de la composición musical publicando su Sonata para viola. Se trata de Rebeca Clark.
Nacida en 1886, fue violista, musicóloga y compositora. Si nos adentramos en su vida personal, podemos descubrir que sufrió muchísimo tanto abusos por parte de su padre y obviamente todo el machismo que existía en el siglo XIX.
Rebeca o Anthony?
Tanto es así, que incluso muchas veces tuvo que publicar sus obras con seudónimo. Su primera obra importante apareció firmada con el nombre de Anthony Trent. Es curioso que alguna vez, en conciertos en los que se tocaban obras suyas bajo este seudónimo, las piezas fueron muy alabadas por la crítica. En el momento que se sabía que detrás de las partituras estaba Rebeca Clark, las críticas no eran tan buenas.
En 1919, se atrevió a dejar atrás el seudónimo y presentó a un importante concurso de composición la mencionada Sonata para viola. Hoy está considerada una de las obras más importantes de su producción, pero en el concurso pasó una cosa muy relevante para la sociedad de la época. Otro compositor, Ernest Bloch, presentó también una obra para viola. En principio, el jurado del concurso, consideró que merecían recibir el premio ambas composiciones. Finalmente, debido a la opinión de algunos miembros, el premio recayó en Ernest Bloch. No creían capaz a una mujer de haber realizado semejante composición musical. Incluso llegaron a creer que la pieza era otra obra de Bloch presentada con seudónimo al concurso.
En la actualidad, gracias a la musicología especializada, se ha descubierto mucha de su música y se está interpretando y poniendo en valor.